Ravirgus, una rata en la ciudad
Guille, que cada vez comprendía y hablaba mejor el lenguaje animal, había salido del colegio muy tarde porque a esa hora la biblioteca estaba más tranquila que su casa y trabajaba mejor. Ya era de noche.
Cuando estaba atravesando el callejón desde el colegio vio que una enorme rata venía en dirección contraria, Guille se acercó a la pared para dejarle más espacio y que la rata pasara tranquila.
Al estar ya cerca la rata se dijo de repente.
- Tranquilo chico, si tú no me haces nada no te voy a morder.
Guille le dijo.
- No me fío, tenéis muy mala fama.
- Es verdad, pero es injusta, no somos tan malas. Sólo nos defendemos. Mordemos solo para comer y en defensa propia.
- Si es así, dijo Guille, ¿por qué la mala fama?
- Si yo te contara…dijo entre dientes la rata, sorprendida de estar hablando con un humano.
- Pues cuenta.
- Como consecuencia de los sitios donde tenemos que vivir podemos trasmitir enfermedades. Vivimos muchas veces en lugares muy sucios como alcantarillas y allí hay de todo tipo de microbios que se nos pegan en las patas y los vamos diseminando. Pero fíjate que nos echan la culpa de propagar la peste negra y realmente fueron las pulgas, en fin…hay otras enfermedades y parásitos que podemos esparcir.
- Pues ¿por qué no vivís en otros sitios? Preguntó Guillermo.
- Los humanos no nos dejan otra alternativa. En las alcantarillas encontramos refugio, agua y comida. La rata dio un profundo suspiro.
- ¿Qué coméis? ¿Coméis mucho?
- Comemos casi de todo y sí, somos glotonas. Con mis 9 hermanos nos acabamos de comer un bocadillo que había en el parque en cinco minutos.
- ¡Cuánta familia!
- Sí, mi madre el año pasado tuvo más de 20 hijos.
La rata siguió añadiendo información.
- Cuando nos comemos algo de vuestras despensas o almacenes vosotros tiráis toda la comida por miedo a que os contagiemos alguna enfermedad.
- Entonces vuestra mala fama es merecía.
- Todavía nos odiáis por más cosas.
- ¿Cuáles?
- Somos roedores
Guille se encogió de hombros
- Te explico, dientes y muelas nos crecen de manera constante, las muelas casi no se notan, pero los dientes nos crecen mucho y los tenemos que desgastar mordiendo cosas para poder cerrar la boca.
- ¿Qué cosas?
- Cosas duras como cables, a veces nos dan calambrazos, nos acusan de que estropeamos aparatos eléctricos y causamos incendios con cortocircuitos.
- Por cierto, me llamo Guillermo, Guille para quien es mi amigo.
- Yo soy Ravirgus.
- Encantado, pero me tengo que ir que ya es tarde.
- Estaré por aquí. Si te veo otro día te sigo contando cosas de nosotras, las ratas.
- De acuerdo, quedamos mañana a la misma hora.
- Perfecto, soy animal de costumbre fijas. Hasta mañana, pero, para que no te vayas con pensando mal de nosotras, te diré que también tenemos cosas buenas…Ayudamos con vuestras investigaciones ¿Sabías que mi primo Héctor fue el primer roedor en estar en el espacio? Mañana te cuento más cosas.
