Eliminación de ratas grises

La rata gris tiene un cuerpo fuerte y compacto. Puede llegar a pesar de adulto más de 600 gramos. Su longitud total oscila entre 18 y 27 cm. y la cola puede medir entre 15 a 21 cm. que es escamosa y sin apenas pelo es más corta que la cabeza y el cuerpo juntos.

El color de su pelaje puede variar mucho entre el rojizo, café o grisáceo en el lomo y es más blancuzco amarillento en el vientre. Tiene la nariz roma y ojos y orejas pequeñas cubiertas de pelo.

Aunque no poseen una buena visión, otros sentidos como el olfato, el tacto y el oído ayudan a la rata gris en su movimiento diario. Son excelentes nadadoras y pueden dejarse caer hasta 15 metros sin lesionarse.

Sus dientes no dejan de crecer durante toda su vida, por lo que continuamente están royendo materiales como piel, hormigón, aluminio. También pueden atravesar hendiduras de poco más de un centímetro. Podemos reconocer sus excrementos por su forma de cápsula roma y su tamaño de 1,25 a 2,5 cm. de extremos chatos

La rata gris tiene hábitos nocturnos o crepusculares. Pero cuando existe superpoblación o escasez de alimentos pueden ser vistas fácilmente por el día. La rata gris es omnívora de gran voracidad, pueden consumir hasta un tercio de su peso al día aunque normalmente oscila entre 20 y 70 gramos en función de la disponibilidad. Prefieren alimentos proteínicos como carnes y pescados que consigue cazando o de carroñas y alimentos ricos en carbohidratos como es el caso de los cereales.

Requiere entre 15 a 30 ml. de agua diaria y no soporta estar mucho tiempo sin ella por lo que es frecuente verla ligada a cursos de agua o lugares donde la encuentra fácilmente como alcantarillas.

La rata gris es un animal social que vive en colonias. Las colonias se dividen entre los individuos dominantes y los individuos subordinados que solo saldrán a buscar alimento y agua cuando los primeros no estén activos.

Escava galerías a unos 40 ó 50 cm. de profundidad para construir el nido que suele tener una vía de entrada y una más oculta salida de emergencia. En su construcción emplea materiales diversos como tela, plástico, papel, paja, etc. para hacerla más confortable.

El comportamiento diario de la rata gris se basa en la continua exploración de los alrededores de su refugio, aunque se muestran desconfiadas acerca de los cambios y los objetos nuevos en su ambiente. A este comportamiento se le llama neofobia. Se desplaza habitualmente solo a 50 metros de su madriguera en busca de alimento y agua.

En los interiores por lo general anida en los sótanos y partes bajas de los edificios en acumulaciones de desperdicios o mercancías. Aunque la rata gris prefiere el nivel del terreno o por debajo del mismo en los edificios y drenajes.

El periodo de gestación dura entre 20 y 24 días, tras el cual se produce el parto. De media una hembra suele alumbrar 8 crías que son amamantadas durante 4 semanas aproximadamente.

A las 12 semanas del alumbramiento las hembras jóvenes ya son fértiles. Una rata hembra suele tener entre 5 y 6 camadas al año dependiendo de las condiciones de alimentación y temperatura del medio.

La vida de una rata gris no se extiende por más de un año en situación de libertad. La presencia de depredadores y sobre todo la disponibilidad de agua, alimento o refugio suelen ser factores limitantes de su supervivencia.

No solo daña o destruye materiales al roerlos, consume y contamina alimentos almacenados, sino que también es vector o portados de enfermedades. Las tratas se han visto involucradas en la transmisión de enfermedades como la peste bubónica, tidus, tularemia, toxoplasmosis, hidatidosis, tenias de varias especies, leptopirosis, salmonelosis, enfermedad de Weil entre otras.

Las medidas de prevención se basan en la eliminación de las vías de entrada y evitar que encuentren refugio y alimento en el interior de nuestras instalaciones. Así el eliminar los posibles refugios, reparar las fugas de aguas, sellar adecuadamente las grietas y oquedades de paredes, techos suelos.

Evitar que las vías de entrada habituales a nuestros edificios tengas holguras por donde estos animales se pueden colar. Colocar mallas metálicas que no puedan roer en ventanas o zonas de extracción de gases.

Vigilar que todas las conducciones estén bien selladas. Tener un almacenamiento ordenado que evite la posible creación de refugios. Almacenar los productos reduciendo al mínimo los huecos que puedan proporcionar refugios.

Evitar que haya restos alimentos por los que se vean atraídos. No poner nuestra basura a su disposición. Para su control y eliminación disponemos de varios sistemas:

• Sistemas físicos de captura como pueden ser trampas y cepos.
• Sistemas químicos, habitualmente el uso de venenos rodenticidas basados en anticuagulantes. Tambien el uso de sustancias que forman gases letales.